Hace poco tiempo, tuvo la oportunidad de tratar a un cliente, hombre de mediana edad y físicamente activo, que se aquejaba de dolor de tobillo.
Vino a la consulta quejándose de un dolor-limitación en el tobillo derecho al hacer ciertos ejercicios. El cliente confirma tener un “Impingement tibio-astragalino” en el tobillo derecho, ya diagnosticado mediante pruebas de imagen. Además, nos confirma que desde hace años ha tenido diversos esguinces en el mismo tobillo, siendo los primeros bastante graves y teniendo que ser inmovilizado con escayola en varios de ellos.
Teniendo en cuenta que, los objetivos del cliente son:
- Mejorar ROM (movilidad) y dolor de tobillo derecho.
Y sabiendo que el cliente tiene capacidad para procesar el tratamiento, ya que se trata de un cliente joven físicamente activo, musculoso y sin ningún tipo de enfermedad aguda ni crónica, procedemos con el tratamiento.
Nada más observar la postura del cliente, en un análisis estático, podemos apreciar un valgo de tobillo derecho, que instantáneamente me hace pensar en debilidad. Y a nivel de caderas, observo una rotación interna de la cadera derecha. Por lo que, ya me hago una idea de que el sistema osteomuscular de la pierna está adaptado, podríamos hablar de una adaptación en fase 2. Además de presentar una lesión ascendente derecha. Es decir, de pie presentaba una lesión en alguna parte del miembro inferior derecho.
He de decir que hay más cosas reseñables a nivel corporal que me dieron más datos, pero en este post no los voy a mencionar porque el tratamiento fue con un acercamiento específico, puede que lo mencione en los siguientes artículos, por no explayarme en este.
En un análisis dinámico, donde el cliente ejecutaba uno de los ejercicios que más dificultad sentía en el tobillo derecho, una zancada, manteniendo el pie derecho atrás, observé una importante inestabilidad en el tobillo derecho y en la pierna en general. La cual le resultaba difícil mantener hasta el equilibrio en esa posición. Además de sentir dolor y limitación en la articulación del tobillo derecho.
Habiendo realizado diferentes test específicos, gracias a la CNV, en las funciones y componentes de la estructura del tobillo. Observé que había gran tensión en el tobillo derecho. Por lo que, me centré en un tratamiento inicial de su tobillo derecho.
Viendo que el cliente tenía capacidad, y como ya le conozco de alguna otra vez que ha venido a consulta, sabía que podía meterle “Caña”, pues era capaz de procesar e integrar los estímulos que le iba a dar. Por lo que, le empecé a tratar directamente el tobillo derecho en carga, es decir, de pie.
¿Por qué de pie? – Porque quería que su tobillo derecho tuviese todos los estímulos posibles que tiene en el día a día. Y que mejor que de pie, ya que una de las funciones principales del tobillo, es el soporte de la carga de todo el cuerpo. Y si lo hubiese tumbado, no estaría estimulando tanto el tobillo como en bipedestación (de pie).
Con una persona con menos capacidad habría enfocado el tratamiento de otra manera y puede que no lo haya tratado de pie.
Después de realizar terapia manual en su tobillo derecho durante unos pocos minutos en bipedestación. Le pido que realice la misma prueba dinámica que al principio, es decir, que repita la zancada con el pie derecho atrás y me diga si siente cambios.
Al repetir la zancada con la pierna derecha atrás, el cliente sorprendido me confirma que ni le duele ni siente limitación en el tobillo derecho, sino que ahora le tira solamente el gemelo.
Por lo que, a simple vista, parece que con la terapia física en el tobillo durante unos pocos minutos, ha mejorado el impingement de tobillo que tenía desde hace años. Algo sorprendente, ya que el cliente pensaba que la única solución sería pasar por quirófano para ampliar el espacio articular del tobillo.
Ante este pequeño caso empírico. He observado que un impingement de tobillo, puede ser tratado y solventado mediante terapia manual antes de querer hacer otro tipo de tratamiento más invasivo.
El tratamiento no queda aquí, obviamente. Aunque todo depende del objetivo del cliente, ya que quizás con esta mejora el cliente ya esté satisfecho y no quiera volver hasta que nuevamente sienta dolor y/o limitación.
En caso de querer seguir con el tratamiento, a corto plazo, seguiría trabajando las funciones y componentes del tobillo para recuperar, incluso implementar funciones. A medio plazo, me centraría en la estructura del tobillo y mismo sistema osteomuscular de la pierna derecha. Posteriormente, a largo plazo abarcaría los diferentes sistemas relacionados y adaptaciones sistémicas que estén influyendo.
Todo cuanto el cliente quiera comprometerse con su salud.
